lunes, 31 de octubre de 2011

Trabajar en equipo

En esta entrada trataré de reflexionar un poco sobre el concepto de equipo, tomando como partida las preguntas que planteaba hace unos meses aquí: ¿Cómo se trabaja en equipo?. ¿Surge la sinergia espontáneamente?, ¿Somos un equipo realmente en nuestro laboratorio?, ¿Queremos serlo ...?


(Creo que aquí procede una aclaración: esta entrada se fraguó en la navidad de 2010. Andaba yo dándole vueltas a cómo hacer que nuestra iecolab funcionara mejor como un equipo. He pasado casi un año con la entrada en fase de borrador. Y ahora, justo en la semana en la que ese experimento llamado iecolab ha “evolucionado” hacia algo nuevo, me da por retomarla y acabarla. La idea original era discutir sobre el sentido que tiene trabajar en equipo, reflexionar sobre cómo se pasa de un grupo de 1 a otro de n personas. Pero dadas las circunstancias, la entrada se ha convertido en un alegato un poco rabioso a favor del nosotros, así en negrita. Es también, un tributo atragantado e improvisado a todos los que han pasado por aquí y nos han dejado un montón de ilusión, muchas horas de trabajo bien hecho y muchos kilos de ideas buenas para poner en práctica. Gracias a todos, a los que estuvieron y a los que están, por atreverse. Y voy a dejar ya esta aclaración que se está poniendo más ñoña y lacrimógena de la cuenta.)


Por esta vez (y sin que sirva de precedente) las irreflexiones están bastante bien respaldadas por argumentos científicos. Esto quiere decir básicamente que me he leído unos pocos artículos que tratan sobre el trabajo en equipo.


Si buscas la palabra "workteam" en google, aparecen miles y miles de imágenes similares a la de abajo. Casi todas ponen de manifiesto lo estupendo que es trabajar en equipo, dando a entender que los resultados obtenidos en equipo son mejores que los obtenidos por cada una de sus partes independientemente. Bueno, esto es así siempre que tu equipo no sea como éste ;)




Un equipo es un conjunto de individuos que comparte una responsabilidad para obtener un resultado determinado [1]. Cada miembro del equipo asume una serie de tareas que deben de ser acordes a su formación y a sus aptitudes. Intuitivamente sabemos que trabajar en equipo es algo bueno y deseable porque en teoría se obtienen mejores resultados que haciéndolo solo. Pero, ¿cuáles son los motivos reales por los cuales es recomendable trabajar en equipo?.

Hasta donde he llegado (que no ha sido muy lejos, la verdad), hay dos grandes motivos que justifican el interés por fomentar el trabajo en grupo:

El primero es que, según parece, los equipos fomentan la creación de conocimiento [1]. Un individuo puede ser muy creativo, pero sólo si comparte esa creatividad con otros puede generar conocimiento realmente útil. Es más, la creación de conocimiento en un equipo es esencial para la efectividad a largo plazo de dicho equipo, así como para fomentar la productividad del mismo. Así que esa idea tan arraigada en los científicos de que el proceso creativo parte del individuo, no es del todo cierta. Sí, puede que tal idea se te haya ocurrido a tí, pero ¿qué parte de la idea surgió tras una discusión con tu compañero de laboratorio?, o ¿habrías tenido esa idea brillante si no hubiera alguien en tu equipo que se ocupara de conseguir recursos económicos para que tú pienses?. Creo que esa idea de que la creación es una propiedad exclusiva del yo, es cada vez menos cierta. La parte de mundo que nos queda por comprender (y cambiar) es tan compleja como para que sean necesarios muchos yos creativos que hagan un nosotros lleno de propiedades emergentes.

La segunda razón es que los equipos promueven la capacidad de invención y de innovación [2]. Solemos tener una idea romántica de la invención, en la que a un genio se le enciende una bombilla y hace un importantísimo descubrimiento. Hace mucho tiempo que eso ya no es así. La invención se ha convertido en un trabajo en equipo [3]. Wuchy et al. analizaron 20 millones de artículos científicos y dos millones de patentes para evaluar en qué medida eran equipos o individuos solitarios los responsables del éxito de un invento. Comprobaron que el trabajo de los equipos es mucho más citado que el de los autores individuales. Respecto a la innovación, me ha gustado especialmente la definición que da César Tomé en su blog: innovar es hacer que una idea creativa funcione. Para eso, es necesario un buen equipo.


¿Cómo ocurre el proceso de creación de conocimiento en un equipo de trabajo?. Una buena pregunta que Fong et al. [1] tratan de responder distinguiendo cinco fases en el proceso de creación de conocimiento:

  1. La primera fase en la creación de conocimiento implica la ruptura de fronteras entre el conocimiento de los distintos miembros del equipo. Básicamente se trata de desarrollar la habilidad de intercambiar información y experiencia de manera fluida con los demás miembros de tu equipo. Es lo que suelo llamar creación de un mínimo acervo de conocimiento común que permita la comunicación entre los miembros del grupo. Para lograr esto tienes que hacer un notable esfuerzo en hacerte entender y en entender a los demás. Esto implica renunciar a parte del mensaje que quieres transmitir a cambio de que la transmisión sea más fluida... Fácil de decir, difícil de hacer.
  2. La segunda fase tiene que ver con compartir el conocimiento con los miembros de tu equipo que pertenecen a un dominio de la ciencia diferente. Aparentemente resulta ventajoso tener un acervo de conocimiento que pueda ser compartido y discutido en el interior de un mismo equipo.
  3. La tercera fase comienza a ser realmente interesante. Una vez que hemos roto barreras y tenemos los instrumentos para discutir con nuestros compañeros sobre aspectos que no son estrictamente de nuestro dominio del conocimiento, llega el momento de crear. La creación de conocimiento nuevo o emergente a través de la interacción y la comunicación es un hito importantísimo en cualquier equipo de trabajo. Este paso es vital para la creatividad y la innovación. Se genera usando diversos medios, incluyendo las redes sociales, fuentes impresas y también a partir de la retroalimentación de tus “clientes” y competidores. En nuestro caso los clientes serían los gestores u otros científicos. Los competidores son, sin duda, otros científicos.
  4. La fase cuarta implica la integración del conocimiento en forma de algún producto tangible, como puede ser una aplicación informática o un artículo científico en nuestro caso. Es muy complejo saber si los productos que genera tu equipo surgen o no a partir de esta especie de “catársis del conocimiento” o al contrario no son más que el resultante de una “lucha” entre las distintas personalidades que constituyen el grupo. No soy el más adecuado para dar pistas sobre cómo evaluar esto. Pero algunas veces he tenido esta sensación de integración de conocimiento y se parece a algo así como “veo mis ideas y mi filosofía reflejada en este resultado. Y lo que es mejor sé que los demás también se ven en él”.
  5. Las cuatro fases anteriores son de por sí ciencia ficción para muchos equipos. Así que llegar a la quinta tiene premio: implica el aprendizaje colectivo a partir de los proyectos desarrollados por el equipo. Los miembros del equipo tienen que absorber continuamente conocimientos técnicos y de otra índole para ser competitivos. Los equipos que desarrollan la habilidad de aprender de los proyectos que realizan maximizan también las oportunidades para el aprendizaje individual. Además, suelen reconocer que los fallos (que son más frecuentes que los aciertos) son una oportunidad para aprender y comprender. Creo que esta fase es más crítica de lo que parece. No sólo sería deseable que los equipos aprendieran de sus errores. Lo grave, en mi opinión, es que si no lo hacen estarán abocados a autodestruirse. Es inevitable que se cometan errores en un equipo de trabajo. Es imposible deshacer estos errores, pero sí podemos aprender de ellos. Si no nos adaptamos ocurre que las consecuencias de los errores acaban devorando el nosotros y transformándolo en muchos “yos” enfadados entre sí. Bueno, quizás haya exagerado un poco en esto último, pero para algo este es mi blog y éstas son mis irreflexiones ;)

Dos folios y pico de argumentos en favor del trabajo en grupo. Dejo el mejor para el final: Hay cosas en la vida que son más divertidas si se hacen en compañía. Trabajar es, en mi opinión, una de ellas ;)




1.-Fong, P. (2003). Knowledge creation in multidisciplinary project teams: an empirical study of the processes and their dynamic interrelationships International Journal of Project Management, 21 (7), 479-486 DOI: 10.1016/S0263-7863(03)00047-4


2.-Bercovitz, J., & Feldman, M. (2011). The mechanisms of collaboration in inventive teams: Composition, social networks, and geography Research Policy, 40 (1), 81-93 DOI: 10.1016/j.respol.2010.09.008

3.-Wuchty, S., Jones, B., & Uzzi, B. (2007). The Increasing Dominance of Teams in Production of Knowledge Science, 316 (5827), 1036-1039 DOI: 10.1126/science.1136099

1 comentario:

  1. Cuanta razón tiene Curret, pero aún por desgracia somos una especie inmadura, o insegura, desconfiada, calificativas que sepultan a lo que creo más importante, la empatía. O dicho de otro modo la hipertrofia de la materia gris del ámbito científico atrofia los sentimientos e inteligencia emocional que tanto nos falta para comunicarnos correctamente. A se me olvidaba otro defecto que traemos de fábrica, pa qué tanto correr y tanta prisa por llegar a un acuerdo poco coherente, a lo mejor necesitamos no solo más calidad en l acounicación si no más tiempo para entendernos, un poco de paciencia diría yo.

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