La imagen de arriba muestra un montón de
gente en un sitio grande. Podría ser una estación de tren o un aeropuerto. Pero
no. Es un congreso. Uno enorme. El más grande en el que he estado nunca. Se
llama EGU (European Geophysical Union) y en ella se citan cada año 16.000
científicos (4 veces el número de habitantes del pueblo donde vivo). Cada abril
acuden religiosamente hordas de investigadores "senior" (=super
jefes), jóvenes promesas (= becarios/as) y pringados (los que superamos los 40
pero aún tenemos la estabilidad de un becario). Todos vienen a contarse lo que
han hecho este año. La idea es poner en común los avances en ámbitos tan
diferentes como glaciología, clima o atmósferas de exoplanetas terrestres (no
es broma). Hay miles y miles de pósters y decenas de comunicaciones orales. Es
el momento en el que las llamadas Ciencias de la Tierra en Europa sacan músculo
(neurona más bien) cada año.
Reconozco que me gusta este congreso.
Quizás es al que más me gusta ir. Creo que es porque hay muchas disciplinas y
también porque siempre me ha gustado la visión global. En la EGU se respira esa
palabra. Todos empezamos nuestras presentaciones o pósters haciendo hincapié en
lo importante que es todo esto para comprender cómo funciona el Sistema Tierra.
Y aprender el funcionamiento de algo es el primer paso para saber
"gestionarlo". Es decir, la idea de este congreso es generar el
conocimiento suficiente que nos permita abordar los enormes retos globales a
los que nos enfrentaremos en este siglo: cambio climático, acidificación del
océano, plástico en el océano, colapso de sistemas forestales globales (tundra
y bosques tropicales…) y un largo y desalentador etcétera. Es la segunda vez
que voy y vuelvo con la sensación de haber aprendido cosas interesantes.
Pero creo que nos engañamos (sí, hay un
pero. Grande. Siempre los hay). La Ciencia (con mayúscula) no está preparada
para responder a retos globales. No tenemos capacidad de síntesis de
conocimiento. Nos falta visión de conjunto. Hemos creado tantísima ciencia
detallada en los últimos 3 siglos que tanto detalle no nos deja ver el bosque.
Se publican millones de artículos científicos cada año. Pero muy poca gente se
encarga de leerlos y sintentizar el conocimiento que hay en ellos. Sí, lo sé,
las disciplinas van avanzando y vamos progresando. Pero lo hacemos muy
despacio. Los satélites nos han ayudado a tener cierta visión de conjunto. Lo
de ver el mundo desde fuera ayuda. Esto ha creado nuevas disciplinas dentro de
las ciencias de la Tierra. Los expertos en teledetección. Pero al final ellos
hablan su idioma y los científicos de detalle (ecólogos, zoólogos, botánicos,
microbiólogos, petrólogos, geomorfólogos, vulcanólogos, etc.) no terminan de
entender ese nuevo idioma. Cada disciplina tiene su jerga y hay pocas palabras
comunes entre estas jergas.
Por eso vuelvo con una sensación
agridulce. Es dulce porque yo como individuo me he sentido bien aprendiendo en
el congreso. Vuelvo con ideas y con contactos nuevos que mejorarán (espero) mi
trabajo como científico. También es agrio porque vuelvo con una alta certeza de
que eso no ayudará a conocer el funcionamiento del sistema Tierra.
[Creo que es el momento de recordar que
este blog se llama "irreflexiones desde la higuera" y que lo escribe
un "científico" de medio pelo con un índice H bastante mediocre. Así
que igual nada de lo que digo tiene sentido. Estás a tiempo de salir corriendo
de aquí]
¿Por qué pasa esto?. ¿Cómo hemos llegado
hasta aquí?, ¿Dónde está esa ciencia global y comunitaria que nos vendía Carl
Sagan, por ejemplo?. Obviamente no hay una respuesta. Y también obviamente si
la hubiera no la tendría yo… Pero sí que tengo una opinión al respecto. Opinar
es gratis, así que ahí va:
Creo que nuestra limitada capacidad de
hacer ciencia de síntesis se debe a que nuestra actividad del día a día está
regida por una serie de reglas que no premian la síntesis. Sintetizar
conocimientos de otros es ingrato. Es parecido a acumular datos para tener una
serie temporal larga: El investigador que empezó a medir la concentración de
CO2 en la isla de Hawai hace décadas fue tomado seguramente por tonto. Tardó 40
años en ser comprendido. En otras palabras: no nos pagan para hacer síntesis,
modelos agregados o comprender el sistema Tierra. Por mucho que queramos no es
así. Nos pagan para publicar artículos. Cuantos más artículos tengas con tu
nombre más éxito tendrás y más probable será que consolides tu situación
profesional. ¿hay forma más efectiva de poner en marcha un mecanismo de presión
selectiva?. Publica y tendrás un sueldo estable. Si no lo haces tienes dos
opciones: a) languideces hasta morir o b) te inventas un mundo paralelo.
[ahora que caigo. Os dejo, que tengo que
publicar un artículo. No, es broma]
Modestamente creo que la ciencia está orientada
a que los científicos crezcan como individuos. Y vaya si lo hacen. La EGU está
llena de gente que habla en primera persona de lo que ha hecho. De qué nueva
técnica ha aplicado o qué nuevo artículo ha publicado. Todos contamos nuestros
pósters en primera persona y nos esmeramos por sacar lo mejor de nosotros.
Lógico. Nos va la vida en ello.
Si lo que digo es cierto, creo que esta
situación no cambiará en el corto plazo. No lo hará a tiempo. Tengo la
sensación de que vamos todos en un avión con los motores averiados y que cae en
picado. Y cada uno de nosotros está tratando de entender cómo funciona el
mecanismo de su asiento o el de su bandeja. Necesitamos levantar la cabeza y
compartir de verdad. Si no lo hacemos el avión se estrellará. Muchos sistemas
vitales de la Tierra colapsarán antes de que nos hayamos dado ni cuenta. Y nos
quedaremos con cara de tontos. Y si la sociedad fuera consciente de esto nos
pediría explicaciones. Y no sabríamos qué decirles…
Creo que compartir conocimiento no solo
es contar lo que has hecho usando tu jerga. Compartir requiere un esfuerzo de
empatía tremendo. Requiere (en mi modesta opinión) adaptar tu mensaje al
oyente. Solo así le llegará de verdad lo que has descubierto. Solo así podremos
organizar congresos en los que un climatólogo entienda lo que le dice un
ecólogo y viceversa. Solo así alguien podrá entenderlos a los dos y construir
un modelo que simule cómo funciona el Sistema. Solo así podremos darle un
mensaje claro y contundente a los políticos que toman decisiones.
Afortunadamente hay ejemplos de que esto empieza a ocurrir. El panel
intergubernamental para el cambio climático tiene pinta de ser un ejemplo de
esta síntesis. No he visto algo así en la EGU. Pero tengo la esperanza de verlo
algún día. Y me encantaría ser parte de eso.
No me enrollo más. Quiero terminar con un
concepto que ya conocía pero que viene como anillo al dedo: Ubuntu. Si lo
aplicamos a la ciencia podría definirse más o menos así: "Un científico es
un científico real a través de otros científicos"
(todo este rollo obvia deliberadamente un hecho importante: creo que la respuesta a los problemas ambientales que tenemos no está totalmente en la ciencia. Está más bien en nuestro comportamiento como sociedad. Debemos consumir menos. Se escribe así de fácil. No es necesario tanto conocimiento científico. Hay que actuar. Ya.)