martes, 17 de septiembre de 2013

¿Cuántos Mamuts hacen falta para ganar a un Tyranosaurus rex?



Eloi (4 años) ha entrado en una fase curiosa (bueno, todas las anteriores también lo han sido). Ahora le ha dado por preguntar muchas cosas en plan comparación. Ahí van unos ejemplos:


Él: Papá, ¿Qué es más rápido, una estrella fugaz o una neurona?
Yo: Pueeeees buf. Una estrella fugaz, porque en realidad, las neuronas no se mueven. 
Nota: Le he contado que en su cerebro (él dice "celebro") hay unas células especiales llamadas neuronas. Por ellas pasan los "pensamientos" y se almacenan los recuerdos. Debe de haberse dado cuenta de que lo de pensar es algo que ocurre rápidamente, pero no sabe exactamente cómo de rápido ...

Él: ¿Quién ganaría una pelea: un elefante, un mamut o un Tiranosaurus Rex?
Yo: Bueno, pues yo creo que un T. rex. 

Él: ¿Y si pelean el Mamut y el T. rex contra el elefante?
Yo: Seguro que entre los dos le dan una buena paliza al pobre elefante. Pero, ¿por qué te empeñas en que todo el mundo se pelee? 
Eloi no contesta...

Él: Curro (a veces me llama por mi nombre. Me pone de los nervios. Creo que lo sabe y le gusta ...) ¿Quién ganaría una pelea un niño o un organgután?
Yo digo: Seguramente el orangután.
Y añado sin hablar: , aunque si el niño es medio Orco como tú, no estaría tan seguro ;)

Él insiste: Pero, ¿Y si son muchos niños y un orangután?.
Yo: Depende de cuántos niños sean y de cómo de brutos... (ha captado la indirecta, pero calla vilmente)

Para él lo de la fuerza física es algo muy importante. Su lóbulo frontal aún no ha vencido del todo al "celebro" reptiliano que ocupa el resto de su ser ;) Todo se mide en cantidad de fuerza. No usa Newtons ni Kilopondios, sino grados. Sí, le molan los grados. De hecho, todo se mide en grados: "Papá, te quiero 99 grados" o "Tiene una fuerza de 500 grados". No sé de dónde habrá sacado esto... El caso es que la fuerza es la primera magnitud abstracta con la que está familiarizándose. No es casualidad. Los que vivimos con él no paramos de insistirle en que tiene que controlar su fuerza. Y el primer paso para esto es saber cuantificarla. No vamos muy bien. Sigue creyendo que es más fuerte que el T. rex ;)

Y si la fuerza mola, la velocidad no se queda corta. Solemos hablar de velocidad cuando vamos al cole en bici. La aventura se presta a ello ...:

Eloi: Papá, ¿Qué es más rápido, un leopardo o un cohete espacial?
Yo: Pues claramente un cohete, hijo. Pero muchísimo más rápido.

Pero mi pequeño orco de las montañas (y ríos) también tiene un punto intelectual. Cual mono bípedo comienza a levantar la cabeza para mirar las estrellas y a preguntarse qué hay debajo de sus pies. Ahí van más comparaciones:


Eloi: Papá, ¿Qué planeta del sistema solar es más grande que el Sol?
Yo pienso: Joder, ya casi ha superado todo el conocimiento que su mi abuela adquirió sobre astronomía. La pobre murió creyendo que el Sol era un "praneta".
Pero le digo: No hay ningún planeta más grande que el Sol en el Sistema Solar...

Él: ¿Qué quema más, la lava o el sol?
Yo: El Sol quema muchísimo más que la lava.

Creo que la comparación es una herramienta estupenda que usan los niños para contextualizarse en el mundo que les rodea. Usan las respuesta a modo de aproximaciones sucesivas para ver cómo de lejos está algo, cómo de duro o cómo de caliente. Es como si, de manera inconsciente, buscaran establecer sistemas de referencia relativos. Algo así como "no sé lo lejos que está la casa de mis abuelos, pero si aprendo que está más lejos que mi cole, pues me hago una idea". Al principio este sistema relativo es poco útil: nunca se cruzará con un T. rex ni con un Mamut para poner en práctica la lección. Pero poco a poco irá estrechando los umbrales de este sistema de referencia. Y espero que en ese momento aprenda dos cosas: 1) No es buena idea darle cabezazos a su padre en la entrepierna, 2) Cuando juegas a peleillas no puedes usar toda tu fuerza: te arriesgas a que tu contrincante lo haga también ...

Mientras, en una esquina de la habitación (o del remolque, o del coche...), Mario (1 año) se hace el despistado. Nos hace creer que no se entera, que está muy ocupado intentando enchufar la tostadora o comiendo restos de comida que caen al suelo. Pero a mí no me engaña. Su pequeño "celebro" está tomando nota. Sus ojillos le delatan. Son de un azul mar en un día bonito (según un amigo que lo quiere mucho), pero además parecen decir: "cuando este cuerpo de bebé me mantenga firme os voy a demostrar quién es más rápido, más fuerte y quema más"...

martes, 23 de julio de 2013

Hoy he estado en un tribunal de proyectos de fin de master...

No debería estar escribiendo esta entrada. Ahora mismo debería estar terminando de rellenar la solicitud de un proyecto para conseguir dinero con el que seguir comiendo. Eso con la mano derecha porque con la izquierda debería de estar publicando artículos para mejorar mi curriculum y así estabilizar mi situación profesional (juas). Pero no me da la gana de hacer esas cosas esta tarde. Voy a escribir porque me apetece.

Después de este aviso a navegantes, ahí voy.

Hoy me ha tocado (de rebote, como casi siempre) estar de secretario en un tribunal de proyectos de fin del master de Conservación, gestión y restauración de la biodiversidad. Me tocaba evaluar cinco proyectos completamente diferentes. Como me pasa siempre ninguno de ellos se corresponde con los ámbitos en los que soy experto. Estoy empezando a pensar que no tengo ámbito de experiencia y que como dijo el gran Ángel Felicísimo (@elgolem) soy especialista en generalidades.

Bueno, el caso es que después de leerme los cinco proyectos y de debatir amigablemente con los "masterandos" (seguro que no se dice así), he pensado que quizás se podrían contar los cinco proyectos como si fueran uno (o casi):

Jenaro nos ha contado cómo el tamaño de las hojas, el número de bellotas y de flores del roble melojo (Q. pyrenaica) cambia al hacerlo la altura del robledal. O lo que es lo mismo, es posible parametrizar un modelo que prediga el valor de esas variables en función de factores abióticos (temperatura y humedad del suelo fundamentalmente). Algo parecido ha hecho Carlos, pero cambiando el contexto abiótico del roble melojo. Él ha tratado de establecer una relación entre la presencia de madera muerta (procedente de restos de un incendio) y la supervivencia de plantones de roble. Como era de esperar hay un notable efecto facilitador: las ramas muertas favorecen la supervivencia del roble. También hay cambios en la cantidad de nitrógeno y fósforo en función del tratamiento y de la altura (probablemente detrás de esto se esconda el hecho de que a distintas alturas hay distintos tipos de suelos). Jose Antonio también ha tratado de establecer una relación entre una variable ecológica y una serie de factores (abióticos y bióticos). En este caso se trataba de identificar en qué medida el sobrepastoreo afecta a la supervivencia de las poblaciones del topillo de cabrera. Casi para terminar, Carmen se ha atrevido a simular cómo el suelo es capaz de almacenar carbono procedente de la hojarasca en una plantación de pinar. Por último Jaime ha intentado crear una serie de indicadores que muestran el estado de conservación de una serie de hábitats psamnófilos (arenas y dunas) de la Directiva de hábitats.

¿Y si fuéramos capaces de unir los cinco proyectos y aplicarlos a un ámbito territorial determinado?. ¿seríamos capaces de generar un modelo que simulara el efecto de las variables ecológicas (producción de bellotas, supervivencia, acúmulo de carbono en el suelo, demografía del topillo) en función del contexto abiótico?. Necesitaríamos algunos recursos económicos y sobre todo visión de conjunto, herramientas analíticas potentes y mucha ilusión (la que tienen estos jóvenes investigadores)...

Creo que hacemos una ciencia parcial y sesgada hacia aspectos temáticos y metodológicos muy concretos. Para resolver los problemas de relación que tiene nuestra sociedad con el resto de la biosfera necesitamos (entre otras muchas cosas) integrar la ciencia disponible en modelos complejos que aporten resultados aplicables al territorio.

La imagen de abajo muestra esta idea... Pero chicos, no hagáis caso de lo que digo. En realidad yo soy solo un pringaillo con pocos artículos científicos, así que no tengo mucho criterio para opinar de esto.






jueves, 13 de junio de 2013

Libros estáticos vs. libros dinámicos

En el contexto del Observatorio de cambio global de Sierra Nevada se han editado varios libros en los últimos años. Entiéndase libro en el sentido más literal del término: conjunto de páginas escritas y unidas por un lado (encuadernadas)


El primero se titula "Observatorio de seguimiento del cambio global de Sierra Nevada: Datos básicos". Pretende ser un resumen de los objetivos principales del proyecto, así como mostrar hasta dónde queremos llegar con el mismo. Contiene una serie de indicadores gráficos sobre el estado y evolución de los ecosistemas de Sierra Nevada.


Aproximadamente un año después editamos "Observatorio de seguimiento del cambio global de Sierra Nevada: Metodologías de seguimiento". Este documento es un compendio de todas las metodologías de seguimiento que se llevan a cabo en el proyecto. Tiene un formato basado en fichas sencillas con fotos, esquemas y demás.

En mayo de 2012 se presentaron dos publicaciones más, relacionadas con el Observatorio de manera algo más tangencial:

"Las aves de Sierra Nevada" es una especie de prontuario de las aves más frecuentes de Sierra Nevada. Contiene abundante documentación gráfica e ilustraciones. También contiene una serie de itinerarios ornitológicos muy interesantes. "Las mariposas diurnas de Sierra Nevada" es otro catálogo que sigue una estructura similar al anterior pero que en este caso describe parte de la diversidad de mariposas nevadenses. También contiene abundantes fichas con mapas de distribución, fotos, etc.

En el momento de escritura de esta entrada está en fase de finalización el libro titulado "Los insectos de Sierra Nevada: 200 años de historia". En este caso se trata de una recopilación de los datos más relevantes contenidos en publicaciones científicas sobre insectos nevadenses durante los últimos 200 años. Un interesantísimo trabajo de recopilación bibliográfica y de síntesis de conocimientos. Este libro también se organiza en torno a una serie de fichas que recogen información sobre distintos taxones.

Bueno, qué rara esta entrada, se preguntarán algunos de los cientos de miles de lectores de este su blog ;). No, no me he metido a crítico literario ni mucho menos. Tampoco me dedico ahora a vender libros (o sí ;). La cosa va de cómo de útil es la información contenida en los libros de papel.

A todos nos encantan los libros en formato árbol muerto. Por mucho que haya lectores digitales, lo mejor del mundo mundial es leer un libro en papel. Es una cuestión de gustos sí, pero mucha gente coincide en esto. Pero (ya está aquí el tío de los peros) resulta que vivimos en un mundo donde la información ocupa una parte importante de nuestras vidas y esta información está en formato digital. Ya, ya sé que es fácil tener una versión digital de cualquiera de los libros anteriores. Todos tienen su correspondiente pdf alojado en algún sitio. Pero esa forma de digitalizar contenidos es solo el primer paso. Un primera paso que superamos en los años 90, al principio de la era de internet. Tener tus libros en pdf y creerte que los tienes realmente digitalizados es como considerar que el correo electrónico es equivalente a escanear tus cartas y faxes en papel. Y obviamente no es lo mismo. Por varias razones que trataré de explicar planteando una serie de preguntas:

¿Cómo abordamos el proceso de modificación-reedición de cualquiera de los libros anteriores?. Buf es la primera expresión que se nos viene a la cabeza. Hay que recopilar el material de nuevo, modificar el texto y o las figuras, remaquetarlo todo, llevarlo a la imprenta, etc. Total, un lío de trabajo y también de dinero.

¿Está realmente accesible toda la información contenida en un pdf?. Los buscadores de internet son cada vez más listos y muchos indexan el contenido de un pdf. Pero aún no han aprendido a buscar dentro de las imágenes, gráficas y fotos. Ni tampoco entienden la estructura subyacente en una ficha donde se describe una especie de mariposa, por ejemplo. Así que creyendo que con poner el libro en pdf es suficiente nos equivocamos también.

¿Y qué pasa si hay mucha gente que se muere de ganas de incorporar/editar contenidos de nuestro libro?. Sí, ya sé que esto no es Finlandia ni Estados Unidos, pero aquí también comienzan a aparecer colectivos que albergan conocimiento sobre distintos aspectos del medio natural. ¿Sirve un pdf para registrar la información que aportan estos colectivos?. Es lo que se llama "ciencia ciudadana"y si dejamos algunas suspicacias obvias al margen (que voluntarios hagan el trabajo de científicos técnicos tiene su debate), se trata de una tendencia muy interesante y en auge.

Podría seguir, poniéndole pegas a esto de considerar que subiendo un pdf a una web es suficiente. No lo es si realmente quieres que tu libro siga lozano y dinámico tras el paso de los años ;)

Vale, ¿Qué hacemos entonces?. Pues imagino que hay multitud de opciones diferentes. Pero solo pondré un ejemplo. Seguramente el ejemplo del mayor libro interactivo, actualizable y dinámico que existe: Wikipedia. Se trata de la mayor enciclopedia digital que existe y no es una versión en pdf de la Espasa precisamente... La clave está en el concepto de wiki: una serie de páginas que permiten la inclusión de material multimedia, son editables por los usuarios y pueden mantener una estructura jerárquica si así se desea.

En el Observatorio de cambio global de Sierra Nevada tenemos una wiki. Fue seguramente la primera herramienta que instalamos en aquel viejo servidor llamado "Sacacorchos". Luego vinieron el gestor de bibliografía y otros. Nuestra wiki está en proceso de renacimiento tras un tiempo en parada "técnica". La idea de esta entrada no es hablar de la wiki, pero sí diré que su principal problema ha sido la falta de implicación de los editores en la creación y modificación de contenido. Bueno, eso y que unos rusos decidieron usarla una vez para enviar spam por todo el mundo. Por lo demás la cosa ha funcionado estupendamente.

Todo este rollazo de arriba concluye aquí: Lo ideal habría sido incluir todo el contenido de los libros anteriores en esta wiki. Ahora tendríamos una versión en papel de una edición del libro, una versión en pdf de dicha edición y una versión viva del mismo. Habríamos generado una herramienta en la que los usuarios podrían haber incluido su conocimiento, opiniones y demás. Tendríamos fichas dinámicas de aves, mariposas y otros invertebrados.

Se me dirá que todavía es posible, que podemos hacerlo ahora. Y yo diré que sí, que es posible, pero que ahora es mucho más difícil. Un libro ya maquetado e impreso (o en pdf) es (a efectos de la extracción de la información que contiene) como un linaje celular diferenciado. Tiene poco margen de desdiferenciación. O sea, generar un artículo en la wiki a partir de fichas como las que aparecen aquí, por ejemplo, supone un esfuerzo considerable que pocos estamos dispuestos a asumir (a coste cero como suelen pedirse estas cosas). Sin embargo, si el proceso de "wikificacióin" se aborda en paralelo al de maquetación de un libro, pues la cosa es más fácil y factible.

He tratado de resumirlo en la figura de abajo. El eje x muestra el inexorable devenir del tiempo ;). El eje y muestra de alguna forma (cualitativa) el conocimiento generado en el proceso. Hay como dos vías. La vía A es la tradicional. Acaba en un bonito pdf. Bueno, después de conversaciones como ésta mantenidas con los editores suele acabar intentando convencerles de que no se puede hacer una wiki a partir de un pdf. Por eso he puesto un agujero negro de tiempo entre la vía A y la B. Esa vía B es la deseable porque en realidad combina la maquetación de un libro tradicional con la incorporación de los mismos contenidos a una wiki. Y luego vienen las hordas de usuarios deseosos de editar y mejorar tus contenidos.















lunes, 3 de junio de 2013

Descubriendo la fotosíntesis

La semana pasada tuvimos unos días de fiesta en Granada. Así que pude disfrutar de mis enanos más de lo habitual.

Me estoy dando cuenta de que mi enano mayor (casi 4 años) usa la taza del retrete a modo de asiento para filosofar sobre el sentido de la vida. Además, como le gusta que le acompañe en la necesaria tarea de evacuar aguas mayores, pues disfruto de conversaciones o preguntas como ésta:

"Papá, ¿Cómo es posible que los árboles fabriquen las frutas y el papel higiénico?, ¿Cómo?"

Le expliqué un poco cómo podían hacerlo, pero me puso cara rara (lógicamente). Creyó que le estaba tomando el pelo...

El caso es que nunca antes le he hablado de la fotosíntesis ni de cómo se produce ni nada. Pero sí que he intentado transmitirle cómo los árboles producen flores y éstas frutos y que los frutos se caen al suelo y vuelven a "convertirse" en hojas al año siguiente. Lo de vivir cerca de un río rodeado de chopos y sauces ayuda mucho. Y lo de ir al cole en bici por ese río mucho más ... Su pregunta es una prueba de cómo una mente pequeña y vacía es capaz de discurrir y plantear preguntas lógicas tomando el conocimiento disperso que tienen a su alcance.

miércoles, 20 de marzo de 2013

Mofetas...

Hoy, en el baño, Eloi me dice después de unos segundos pensando:
"Papá, yo habría preferido ser un animal en lugar de una persona"
Yo pienso: "ya eres un animal hijo mío, concretamente una mezcla entre oso pardo y orco", pero le digo manteniendo la compostura: ¿qué animal, hijo?
Y él dice: "una mofetaaaa"

(Me faltó explicar que él estaba sentado en el váter haciendo unas gestiones...le encanta tomarme el poco pelo que tengo)


viernes, 8 de marzo de 2013

"Hombre agarrando el sol para que no se lo lleve el viento y luna agarrando una estrella"

El dibujo que hay abajo lo hizo mi hijo Eloi (3.5 años) ayer por la tarde. Él dice que es un sol de doce rayos (la cosa amarilla que en realidad tiene 13 rayos) que está siendo agarrado por un hombre (los trazos rojos). También hay una luna (punto gordo blanco arriba a la derecha) que tiene un brazo muy largo para coger una estrella. El hombre sujeta al sol para que no se lo lleve el viento (al sol). Y la luna coge a la estrella porque le apetece ...



"Hombre agarrando el sol para que no se lo lleve el viento y luna agarrando una estrella"




Dejando a un lado que el garabato es el dibujo más bonito del mundo para sus padres ;), me han parecido muy curiosos dos aspectos de este dibujo:

El primero es cómo se hizo. Yo no lo vi, pero su madre me contó que la cosa fue totalmente improvisada. Primero el sol, que es lo único que tiene algo de sentido. Luego pintó el garabato rojo sin saber muy bien qué era y luego pensó "pues creo que es un hombre con dos brazos largos que está agarrando al sol". Y luego vino la razón por la cual el hombre hacía eso: "así el viento no se llevará al sol". Después vino la luna, que como todo el mundo sabe es la hermana fría del sol. La pintó llena, que es "como a mí me gusta". Se le escapó un trazo y sobre la marcha se inventó que era un brazo para agarrar "una estrella, por ejemplo" (esto último también se lo inventó sobre la marcha). Es genial ver cómo en la mente de un mico de tres años se va desarrollando la capacidad de improvisar y construir discursos que intentan convencer al interlocutor de la existencia de un hilo argumental razonable. El tío me ha superado ya en esto ;)

El segundo aspecto que me parece interesante es la temática del dibujo. Todos los niños dibujan soles y lunas. Y creo que lo hacen como una forma de mostrarse a sí mismos que poco a poco van siendo conscientes del espacio físico en el que se encuentran. Para Eloi el sol y la luna son dos constantes muy evidentes. Cada día ve cómo sale y cómo se esconde el sol. Tiene claro por dónde sale y por dónde se va a dormir. Y con la luna pasa algo parecido: conoce las fases de la luna e intuye el concepto de ciclididad, ya que la luna se hace llena y luego menguante y luego creciente... (esto me lleva a cómo ha ido aprendiendo conceptos relacionados con la astronomía, pero eso dará para otra entrada). El caso es que la luna y el sol son, en mi opinión, sus dos referentes clave del entorno físico. Pero lo curioso es que el sol se ve influido por el viento, que es otro gran misterio. Siempre le gasto la broma de que el viento son las orejas de su madre en movimiento. Se ríe por la rima, pero no cuela... Siempre pregunta que de dónde viene el viento porque en su cole le están enseñando algunas cosas sobre este "elemento".  Para mí es muy importante que se haga consciente de que vive en un entorno donde el viento, la lluvia, el sol y demás elementos determinan su propia existencia. 

Conforme escribo esto me viene a la cabeza otro chascarrillo que tiene que ver con lo anterior. Creo que poco a poco vamos consiguiendo inculcarle un sentimiento de pertenencia y dependencia de ese entorno biofísico en el que vive. Es algo obvio, para algunas personas. Pero la mayoría de nuestra sociedad urbanita no es capaz de entender cómo de importante es que llueva o que los ríos lleven agua, por ejemplo. Su madre y yo insistimos mucho en explicarle cosas como que las plantas necesitan la lluvia y que cuando llueve el río que pasa cerca de casa (el Genil) tiene más agua. Él se interesa por nuestras explicaciones y hace preguntas muy buenas. El otro día le preguntó a su madre que de dónde venía el agua de la lluvia. A ella le pareció escuchar: "mamá, ¿me explicas de qué va eso del ciclo hidrológico?". Cuando se disponía a contestar tras tragar saliva, Eloi dijo: "Creo que ya lo sé mamá". Y comenzó su explicación que no tiene desperdicio: "El viento sopla sobre las olas del mar y de los ríos y arranca gotas de agua que van al aire. Cuando las nubes chocan llueve y el agua cae en las montañas y luego en los ríos". Su madre casi se atraganta en una mezcla de orgullo y risa.

Sí, se ve que nos ha salido un niño listillo. Más de la cuenta diría yo. Como muestra otro botón. El otro día me dijo: "Papá, estoy muy contento. Me he dado cuenta de que como tú naciste antes que yo, cuando te mueras podré pasarme todo el rato viendo dibujitos animados". Iba tirando de él en el remolque de la bici cuando me lo dijo. Casi me caigo de la impresión. Luego dudé entre tirarlo al río o darle unos pocos besos. Hice lo segundo ...





miércoles, 6 de febrero de 2013

Seguimos escudriñando en el pasado para comprender el presente y simular el futuro ...



Desde el Laboratorio de ecología del CEAMA llevamos ya algunos años tratando de poner en práctica la máxima del título de esta entrada: "Conocer el pasado, para entender el presente y simular el futuro". De una forma menos elegante podría decirse que el pasado pesa, y mucho, tanto en la estructura como en el funcionamiento de los ecosistemas. 

En nuestro ámbito (montañas mediterráneas), el pasado es sinónimo de uso intensivo del territorio: ganadería, cortas, repoblaciones, cortas de nuevo, incendios ... Es fácil darse cuenta de esto: basta con darse un paseo por cualquiera de nuestros montes y tratar de preguntarse el por qué tal bosque ocupa tal espacio o por qué existe ese límite tan neto en esa formación, o qué pinta aquí este olivo a 2000 metros de altitud ... Las respuestas casi siempre tienen que ver con que algún humano estuvo allí hace un tiempo e hizo algo. 

Pero no basta con las percepciones subjetivas para cuantificar el peso del pasado en los procesos ecológicos. Debemos de diseñar metodologías para identificar qué partes del pasado afectan y cómo a qué partes del presente. Suena ambiguo porque es ambiguo y resbaladizo. No es fácil establecer relaciones entre cosas que ocurrieron hace décadas y procesos ecológicos actuales. Además, normalmente la información del pasado de la que disponemos es parcial y muy puntual (es una foto). 

A pesar de estas dificultades, hemos avanzado considerablemente en los últimos años. Con un poco de suerte en breve publicaremos un trabajo sobre el efecto que tienen los cambios de uso del suelo en 1956 en la regeneración de encinas debajo de los pinares de repoblación de Sierra Nevada. Hemos visto que cuanto más intenso era el uso en 1956 menos regeneración de encina se observa en la actualidad. Interesante... Para realizar este estudio hemos utilizado las fotografías aéreas de 1956 y un inventario forestal realizado en 2005. Pero necesitamos más información sobre el pasado:

Y de eso va esta entrada (aunque esté a punto de acabar).

Gracias a la Fundación Biodiversidad dedicaremos todo un año (mayo 2013 - mayo 2014) a recopilar información histórica sobre una serie de montes de Sierra Nevada. En primer lugar bucearemos en mapas de usos antiguos, catastro y otras fuentes documentales para aprender cómo era la cubierta vegetal de Sierra Nevada en la historia reciente. Pero conocer el aspecto del paisaje es solo una parte de esta historia. También es fundamental conocer cómo se usa ese paisaje. Para ello recopilaremos información sobre aprovechamientos históricos en nuestros montes: bellotas, madera, setas, miel, etc. Por último haremos un esfuerzo para intentar conocer más cosas sobre cómo era el clima de Sierra Nevada en el pasado. Recopilaremos series climáticas de colegios, ayuntamientos y otras fuentes difusas.




En definitiva, un proyecto ilusionante en el contexto del Observatorio de seguimiento del cambio global de Sierra Nevada, auspiciado por la Fundación Biodiversidad (vía red de seguimiento de Parques Nacionales, financiado por Ferrovial). De hecho, este proyecto es la Fase III de los que nos financia la Fundación. Empezaron instalando la red de estaciones multiparamétricas de Sierra Nevada (Fase 0), contribuyeron al diseño de la red de Estaciones de Monitoreo Intensivo (Fase I) y también financiaron la instalación de redes sensoriales en una de estas estaciones (Fase II)