Los que me conocen saben que estoy empeñado en la palabra "nosotros". Es casi obsesión lo de trabajar en equipo y tratar de canalizar el potencial y el ego del individuo a través del trabajo grupal. No os creais, no es modestia ni humildad. Es en realidad una forma algo rebuscada de egocentrismo. Pero bueno, me lo perdono.
El Curriculum académico es el paradigma de lo que no me gusta. Consta de una serie de méritos en los que aparece tu nombre en primer lugar: artículos científicos, charlas, comunicaciones a congresos, libros, etc. Si tu nombre no está, no existes. Eres mejor científico cuanto mayor es el número de referencias con tu nombre. Y si además esos productos tienen tu nombre escrito en inglés, pues mejor que mejor. Al final el trabajo científico consiste en conseguir muchos méritos. Se han perdido en buena medida los objetivos del bien común que persigue la ciencia: generar conocimiento para la sociedad y aplicarlo.
El caso es que, dada mi trayectoria profesional, mi curriculum no es gran cosa. Sí, ya sé que alguno dirá que eso del "nosotros" y la transferencia de conocimiento a los gestores (del medio ambiente) es una excusa cutre para tratar de explicar mi pobre curriculum. Y tienen razón los que lo dicen (más o menos). Tengo pocas publicaciones científicas y menos aún en las que mi nombre aparezca el primero. Pero aún así hace unos meses decidí intentar acreditarme por la ANECA. La acreditación consiste en que preparas un dossier enorme con tus méritos y los presentas a una agencia que decide si eres apto o no para ejercer de profesor en una universidad de Españikistán. La verdad es que no confiaba yo en conseguir la acreditación. Sin embargo ayer recibí una carta en la que se aceptaba mi solicitud. Y ahora soy un flamante "profesor contratado doctor" (que no cunda el pánico, podéis seguir tuteándome).
Después de la sorpresa y la alegría iniciales, he pensado dos cosas que quería dejar por escrito:
La primera es que mi curriculum no debe de ser tan malo para que unos señores muy sabios hayan considerado que merezco la acreditación. Se ve que las publicaciones que tengo no son tan pocas y que otras cosas que hago (y que suelo despreciar) no son tan inútiles: reuniones y saraos en el extranjero, presentaciones, networking (=chicoleo), etc. Para ser una primera conclusión no es muy elaborada, no. Es casi obvia, de hecho.
La segunda sí que es más importante (creo). He sido consciente de que "el sistema" al que tanto critico ha tenido a bien valorar el trabajo de alguien que aparece como segundo o tercer autor en más de la mitad de los méritos de su curriculum. Y si lo han valorado positivamente es que han considerado que lo de trabajar en un equipo tiene su importancia. O sea, que no solo se avanza siendo el primero y regando únicamente tu jardín. También se puede avanzar contribuyendo a regar el jardín de otros... Y esta conclusión me ha encantado.
O sea que, en realidad, no me he acreditado yo. Nos hemos acreditado todos los que firmamos en los méritos que incluí en el dossier. Así que desde aquí, un gran enhorabuena a todos (son muchos para enumerarlos). Pero sobre todo, un más grande aún GRACIAS. Me ha encantado trabajar con todos y cada uno con los que he firmado algo (desde 1998 hasta ayer mismo).