Estoy en el aeropuerto de Filadelfia, en los estados
Juntitos de América. Vengo de Madrid en un vuelo que ha durado unas 8 horas y
ha recorrido unos 5900 Km. Todavía me queda otro vuelo hasta Fénix y luego otro
hasta Albuquerque (se llamaba Alburquerque, pero los gringos le quitaron la
primera r para poder pronunciarlo sin atragantarse). En total, en las próximas
horas habré recorrido un total de 9800 Km. Además, dentro de unos días volaré
de Albuquerque a Denver (Colorado) y una semana más tarde volveré a España (o
lo que quede de ella). En total de los totales, en los próximos 20 días habré
volado un total de 19.000 Km. No es tanto, es más o menos la distancia que
solía recorrer en bici todo un año cuando era un jovenzuelo veinteañero.
Y hablando de bicis. Hace mil años que me desplazo en bici.
Podría decirse que soy adicto a la bici. Me encanta eso de pedalear con la
melena al viento (jeje). Digamos que llevo "trabajando" unos 13 años
(sí, soy un viejuno ya). Digamos también que he vivido a una distancia promedio
de unos 10 Km del trabajo. Y que la mayor parte de los días o trabajo en casa
por la tarde o me quedo a comer en el trabajo. Esto hace que cada día recorra
unos 20 Km en bici. Haciendo unas pocas cuentas sencillas me sale que en estos
años he recorrido unos 52.000 Km en bici, unos 4000 Km/año. Al precio que está
la gasolina me he ahorrado una pasta gansa. Pero no va de dinero esta entrada …
… va de humos:
Cada año que no he ido a trabajar en coche he dejado de
emitir a la atmósfera unos 1.300 Kg de CO2. No sé a cuántos dinosaurios o
helechos arborescentes del Carbonífero está el Kg de CO2 emitido, pero me suena
que es mucho. El caso es que este viajecito a los USA me va a hacer emitir unos
8.550 Kg de CO2, lo que equivale a 6,5 años de ir y venir al trabajo en bici. O
sea, que de un plumazo me he ventilado más de la mitad los Kg de CO2 que tenía
ahorrados. Toda la vida pedaleando para no echar humo y en un viaje tienes casi
números rojos. En fin, tendré que subir más montañas en bici para recuperar la
renta ;)
Pero no pasa nada, el viaje no es de placer, sino de
trabajo. Voy a una reunión que se llama así: "The unique role of LTER inthe Anthropocene. Collaborative science across scales". Suena bien, tan bien
que parece que después de ésta damos con la tecla y salvamos el mundo del
colapso ecológico. Reconozco que me apetece el tema. Está bien conocer sitios
nuevos, personas nuevas e interesantes. Uno aprende mucho de lo que ve, de lo
que lee y de lo que escucha. Además, es una buena oportunidad para lo que queda
de iecolab de conseguir cierta proyección internacional con la que sobrevivir
un tiempo más. También es una buena oportunidad de reiniciar un bucle de
creatividad.
Todas las cosas positivas que le veo a este viaje tienen que
ver con el crecimiento personal o con el crecimiento de un equipo de trabajo.
Pero sinceramente no creo que saquemos nada en claro que ayude a mejorar el
estado de conservación de ningún bosque ni lago ni pradera. Es más, todos los
que viajemos al lugar remoto de las montañas rocosas donde se celebra el
evento, contribuiremos con unos cuantos miles de Kg de CO2 al cambio climático.
Y la reunión va sobre cómo minimizar los efectos de dicho cambio climático.
Algo falla aquí, ¿no?
Creo que fallamos como colectivo. Como individuos somos incapaces de renunciar a parte de nuestro ego
o crecimiento personal a cambio de que la sociedad funcione mejor. Por cierto,
hablando de ego, en el avión que me llevará a Fénix veo a dos monjes budistas.
Esos sí que saben de renunciar al yo. Y sin embargo volarán en mi avión ;)
Y si los científicos concienciados de los problemas
ambientales que tiene la actividad humana somos incapaces de minimizar nuestra
huella de carbono renunciando a movernos tanto, ¿Qué autoridad moral tenemos
para pedirle a una familia que no cruce el charco para ir a Disnely Land?. Pues
más bien poca, creo.
Vale, entonces, ¿qué hacemos?. No sé la respuesta. Pero la
que me aplico a mí mismo empieza por ser consciente de la contradicción en la
que caemos. Esta entrada es un ejemplo de eso. También seguiré yendo en bici y
trataré de minimizar los viajes. Siempre intento ir en tren. Y si el viaje es
enorme como este, intento hacer que la estancia dure más tiempo para así aprovechar
mejor el carbono emitido. Por último, trataré de sacar el máximo partido a
estas dos semanas, tratando de aprender todo lo posible sobre buenas formas de
gestionar los recursos naturales y adaptar los sistemas ecológicos al cambio
global.
Aunque ahora que me acuerdo, no necesitamos ir fuera para
aprender formas de alcanzar el desarrollo sostenible. Mirad lo que vi el otro
día en un aparcamiento:
La mejor técnica de gestión de los recursos naturales pasa
por aparcar el coche y dejar de echar humo… Eso hace que crezcan los árboles ;)
Seguiremos informando desde Nuevo Méjico. Por cierto, hoy,
en Madrid, un operario de US Airways me ha preguntado: Pero, Nuevo Méjico no
está en Estados Unidos, ¿no?. Me ha recordado al capítulo ese de los Simpson
donde el malvado empresario nuclear se pregunta si hay un "nuevo" Méjico
…
Antes de desconectar de la red por motivos de wendimia, quería leer cosas interesantes, visita por este blog. Yo atmbién me hago la pregunta "Vale, entonces, ¿qué hacemos?. No sé la respuesta.". Y creo que lo que nos preocupa no es la pregunta, lo que nos da miedo es la respuesta, pues bien se sabe y no queremos afrontar por miedo a lo desconocido e incierto. Al fin y al cabo no estamos tan mal, por ahora, para que cambiar (uf esto me suena a burbuja). Mientras tanto que siga el juego.
ResponderEliminarUn abrazo Curret y disfruten ustedes de ese viaje.
Muy interesante esta entrada... que espera de aeropuerto tan bien aprovechada y "calculada" ;) Y es que a pesar de todo... los aeropuertos y los aviones son lugares muy inspiradores no?!
ResponderEliminarAquí te presento a unos amigos que para mi que están acumulando un buen "bonus" de Kg de CO: http://theamericasbycycle.blogspot.com.es/
Otro Abrazo como el de Curro Cabezas, que seguro que ha sido fuerte ;)